CARTA DE UN ADICTO
Carta de una persona esclava de la comida
Querido hermano, hermana… yo soy un miembro más como tú, que ha sufrido terriblemente a causa de mi obsesión por la comida; una obsesión que me tortura, que me engaña cada día, haciéndome creer que « esta vez » sí podré controlarlo, que puedo comer « sólo un poquito de » y parar cuando yo quiera…que a causa de que me siento triste, o porque tengo miedo, como me he portado « tan bien » en este tiempo, o como me ha ido tan mal, etc…Entonces puedo darme un premio con la comida.
Soy la misma persona que come a puños ciertos alimentos, que mientras come trata de ahogar en el fondo de sí, los más intensos sentimientos que no es capaz de expresar, soy la misma persona que ha buscado en la comida el cálido abrazo amoroso que no es capaz de encontrar en otro lado.


Soy la misma persona que mira sus muslos con odio deseando que fueran más pequeños, soy esa misma persona que mira con vergüenza su volumen, y que desea desaparecer, a la cual se le baja solo el cierre de la ropa de la ropa que tanto amaba, la persona que se siente avergonzada por su peso al sentarse en un mismo sitio junto a alguien.
Soy esa misma persona que se ha encontrado en los abismos más dolorosos del arrepentimiento y la culpa después de un atracón, jurando que no lo volveré a hacer, para después volver a recaer y olvidar la promesa que me he hecho tantas veces.
Soy esa misma persona que ha llorado en silencio, escondiéndose detrás de una porción de alimento que llevo a mi boca con la finalidad de olvidar todo y sentirme mejor por unos instantes.
Soy aquella persona a la que todos miran por el cuerpo que tengo, por el volumen que ocupo; soy esa misma persona que se ve humillada una y otra vez ante el yugo de la adicción que me hace perder la batalla y que me obliga a estar en el suelo de rodillas rogando ayuda a los oídos de nadie.
Soy la persona que cada navidad recae, en las “cenas festivas” del año, la que se hace promesas de comenzar una nueva dieta, ir al gimnasio, para después acabar humillada a causa del incumplimiento de mis promesas, soñando que una liposucción o una cirugía estética van a ayudar a aceptarme y amarme. Soy esa persona que vive, oscilando entre episodios restrictivos o compensativos de ejercicio excesivo y dietas estrictas que dañan y debilitan a su cuerpo y atracones que lo saturan y enferman.


Soy esa misma persona que se ha encontrado en la oscuridad, en la soledad, en el frio y el dolor de la adicción más cruda y despiadada hacia la obsesión autodestructiva por la comida, la persona que prefiere comer a solas que estar los demás, la persona que únicamente está presente en los eventos o comidas sociales tomándolos como oportunidad para darse un atracón con el bufet o la comida gratis, aquella persona que se obsesiona tanto con la comida al grado de que nada en la sociedad es mas importante que comer “un poco de eso«
He llegado a un punto en donde lo único que deseo es dejar de comer compulsivamente y liberarme de las ataduras de esclavitud que la comida me ha impuesto, comiendo a grandes bocanadas ignorando el momento en que mi vida se volvió ingobernable a causa de mi obsesión por comer de forma compulsiva.
Sin embargo, a pesar de todo ésto, hoy le doy una oportunidad a este Programa, me doy una oportunidad sólo por hoy de hacerme responsable del cuidado a mí mismo, de dar lo mejor de mí para intentar salir de este infierno, de recuperar la dignidad, para recuperar el respeto por mí mismo, el trabajar en una autoestima sana, real que cada día va en aumento y me dignifica como ser humano.
Sólo por hoy me he dado la oportunidad de trabajar este Programa para poder rescatar a ese ser humano, a ese alma que sufre enterrada bajo todas esas capas de comida.
Sólo por hoy quiero darme la mano y rogar con humildad a un Poder Superior más grande que yo, para que me ayude a reconstruir mi vida.

No sé cuáles son tus circunstancias, te puedo decir las mías: hoy por hoy no tengo trabajo, no tengo amistades, he evitado la intimidad con mi pareja por vergüenza de mi vientre grande abultado flácido, de mi volumen y de mi cuerpo deformado por mi desorden alimenticio; me he hecho mucho daño a mí y a los que me rodean a causa de mi adicción, no tengo dinero, no tengo autoestima, ni respeto hacia mi persona; sin embargo con estas circunstancias, me encuentro rogándole a un Poder Superior a mí, para que me ayude a reconstruir una vida, la vida que Él tenia para mí cuando me permitió venir a este mundo.
Hoy por hoy me entrego totalmente a esta Hermandad, pues he llegado a OA como mi último recurso, para mi hoy seguir un Programa de vida que me ayude a recuperarme de comer compulsivamente se ha convertido en una cuestión de vida o muerte.
Que Dios nos conceda la recuperación, sólo por hoy.
Hoy por estoy aquí, con la esperanza de recuperar mi vida, mi cuerpo, mi dignidad, algún día tengo la esperanza de que podré mirar hacia atrás y reconocer que por la gracia de un Poder Superior a mi me encuentro en recuperación.
Hoy estoy contigo en este camino de recuperación y de vida pues sé que cuando no te queda más que Dios, te das cuenta que Dios es lo único que necesitas.
Escribo esta carta con la esperanza de que algún día pueda ayudar a alguien que está sufriendo, es un camino de vida y sólo por hoy continúo caminando, recuerda que no estás solo ni sola.
Con todo cariño de un miembro más como tu, que extiende su mano con esperanza hacia una mejor vida. Una vida útil y feliz.

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